jueves, 30 de junio de 2016

Día 12 –Tobolsk (2.360Km de Moscú)

Sábado, 25 de junio. Sobre las 5:30 me despierta la podvorista, para que me vaya preparando, ya que la próxima parada es Tobolsk y tendré que saltar en marcha. Al salir del tren trato de ver que autobús me lleva a Tobolsk, pero como no me he acordado de guardar la el recorrido en google maps, ahora no sé que número he de coger, así que tendré que ir en taxi, con lo que empieza una nueva conversación de a ver donde está el hostal y cuanto me va a costar ya que me piden 400Rb y me parece demasiado, al final lo consigo por 300, ni pa ti ni pa mi. El pueblo está a unos 15min de la estación, con lo que no hubiera llegado sin taxi.
Llegamos a Tobolsk
Parece que necesitaré una rebequita y un chubasquero


La ciudad está muy tranquila, también tiene que ver que es sábado a la mañana, espero que la mediodía ya haya más gente, e igual de tranquilo está el hostal, que al entrar encuentro al "recepcionista" durmiendo, que evidentemente no habla inglés y que además no sabe nada de la reserva. De todas maneras, no parece importarle mucho y me muestra donde va a ser mi habitación, y como no podía ser de otra manera, será una habitación muy simple, donde no hay nadie, bueno sí perdón un chico que me dice que en 30 minutos se va, con lo que voy a estar más solo que kung fu.

Al rato de estar mirando correos y descansando del viaje, decido salir a ver que ofrece la ciudad. La ciudad, o al menos el casco antiguo parece muy pequeño y todo lo importante que ver o visitar se encuentra rodeando el kremlin, es decir, la catedral, la fortaleza, la prisión, etc... con lo que creo que en poco tiempo habré caminado lo suficiente para haber visto la parte "turística" de la ciudad. Así que poco a poco, voy hacia el kremlin y el down town del pueblo.

Tal como me habían dicho y leído la zona del kremlin es fantástica y está muy bien conservada, tanto las murallas, como la catedral y la fortalece, a diferencia por ejemplo de Suzdal, que si bien estaba conservado se le veía viejuno. Esta, parece al menos, que le suelen dar un lavado de cara cada cierto tiempo.

Con lo que me pasaré la mañana dando vueltas por el kremlin y alrededores y después ya veremos que haré por la tarde. Eso sí, no sé si por el día que hacia, o porque era entre semana, pero poco turista y gente local se veía por los alrededores.

La plaza del kremlin y alrededores

En el interior de la fortaleza 
Un día nublado por Tobolsk

Dentro del kremlin parecía que había una fiesta pero sin gente

El cielo se nos iba a caer encima

La prisión de Tobolsk, también se utilizó para presos políticos rusos. 

Como no, Tobolsk tenía su río

La parte pobre de Tobolsk, Tobolsk de abajo

Ya casi a la hora de comer, decido hacer un pit stop y tratar de comer algo, pensando ya en que no sé que pasará, y evidentemente, el inicio no es bueno. Primero me atiende una chica que no sabe inglés para variar pero esta vez llama a un compañero suyo que sí sabe inglés, al menos comunicarse y entre la habilidad del camarero y mi ya conocimiento sobre los menús, consigo pedir algo que al menos sé lo que es, salchichas!!! menos es nada, ya sé lo que es el kebab, incluso el tipo de carne, y las salchichas, poc a poc.

Después de la comida ya me voy a investigar Tobolsk de abajo, y realmente no tiene nada que ver, se nota bastante más descuidado, no sé si pobre, pero más dejado sí, y si ya no había casi gente en los alrededores del kremlin, aquí menos y sobre todo, menos cosas que hacer o conocer.

Bajando a los inframundos de Tobolsk
Casas abandonadas y calles mal asfaltadas ... muy abandonado todo.

Más casas en ruinas.

Poca gente vi en Tobolsk de Abajo... casi el único que vi pasar, un niño en bici

Si alguien le interesa especular, en Tobolsk de Abajo había mucha casas en venta

El kremlin desde abajo....y se acerca la tormenta!!

Ya a media tarde regreso a la zona de Tobolsk, y ya me queda poco que ver a nivel turístico, así que me voy a dar una vuelta a ver donde se mete la gente en este pueblo, digo yo que tendrá que haber alguien, pero no, lo único que encuentro son algunos chinos y rusos turistas en grupo y poco más, incluso por lo que veo hay pocos cafés y tenderetes donde comprar un simple agua. Así, que ya para la hora de cenar, decido ir al hostal, dejar la mochila y preguntarle, como pueda, al recepcionista donde se puede cenar, por no repetir sitio.

Dicho y hecho, voy para el hostal y le pregunto y las dos únicas opciones que me da es comprar comida en el supermercado de al lado y cenar en el hostal, o ir a una especie de pizzeria rara 24 horas. El resto de sitios, me comenta, con aire de que no tiene sentido ir allí, está muy lejos y es absurdo,  que si quiero ir está como a 30min andando. Así que me veo tomando una pizza en un 24 horas con dos rusos mientras veo un apasionante Gales- Irlanda del Norte. Todo muy divertido para un sábado por la noche .... Ainss hoy sí hecho de menos un poco de acción, pero no ha sido posible encontrar nada destacable en ese sentido en este pueblo. La verdad es que Tobolsk, como pueblecito me ha gustado, pero no sé si me pararía de nuevo en él, o como he tenido que hacer un pequeño desvío de la ruta del Trans Siberiano, pero bueno, también me va bien descansar, había dormido poco, y al día siguiente salgo para Novosibirsk, vía Tiumén, así que apuro la pizza, la coca cola, y a dormir se ha dicho.



miércoles, 29 de junio de 2016

Día 11 –Paseo por Ekaterimburg y llegada a Tobolsk (2.360Km de Moscú)


Viernes, 24 de junio. Tal como había comentado, por la mañana, más o menos temprano me dirijo de nuevo hacia la estación de tren de Perm, dirección Tobolsk, aunque haré un pit stop en Ekaterimburg, para no estar 14 / 15 horas seguidas en el tren.

Hacia la estación de tren de Perm y avituallamiento en los tenderetes de al lado
 
Subiendo al tren
 Así que recargo un poco de alimentos y agua y me preparo para el viaje de unas 5 horas. Voy en tercera clase, con lo que no hay compartimentos cerrados, lo que en un error, cogí cama en vez de asiento, pero bueno me echaré una siesta. El tren pasa sin más, y al mediodía llegamos a Ekaterimburg; dejo la mochila en la cloakroom y me voy a dar una vuelta por la ciudad.

En 3era clase.un poco hacinados vamos.
Entrada a la estación de Ekaterimburg
Ekaterimburg es la capital política de la zona de los Urales, y una de las ciudades más grandes de Rúsia, con lo que es una de las ciudades a nivel económico y cultural más importantes, ya nivel histórico, es la ciudad donde los bolcheviques ejecutaron a los últimos zare de la familia de los Romanov. A primera vista, la ciudad parece una ciudad bastante moderna, edificios altos de cristales, oficinas, mucho tráfico, como todas las ciudades grandes en Rúsia, el tráfico es atroz, muy del estilo de Moscú y muy diferente a Perm y a Nizhny.

Estación de tren de Ekaterimburg
Avenida principal hacia el downtown de la ciudad
Siguiendo la guía de lonely, me trazo un mapa para al menos ver lo más importante o lo más interesante, así que cojo una de las principales avenidas y me voy hacia el centro de la ciudad. Como no, la ciudad está a la orilla de un río, como casi todas las ciudades en Rúsia, y tienen  su vida alrededor del río.

Poco a poco, esa primera impresión de ser una ciudad bastante moderna se va consolidando, aunque eso no quita que mantenga parte de su arquitectura más clásica, como el ayuntamiento, la iglesia de la Ascension, y varios edificios que conservan una arquitectura más tradicional. Aunque no hace muy buen día, más de viento que otra cosa, la gente aprovecha para caminar o hacer ejercicio por al lado del río, además de hacer varias actividades acuáticas, o al menos parece que hay ciertos alumnos en una balsa que deben estar aprendiendo a navegar.


Iglesia de la Ascensión.
Plaza del amor; mucho amor había en esta ciudad
Skyline de la zona nueva desde el otro lado del río

Músico tocando canciones de Tarantino y gente jugando al ajedrez a la salida del metro, cualquier sitio es bueno.


Con este candado ha dejado en nada al resto!!!

El paseo sigue durante un par de horas, pasando por la plaza de Lenin, donde por supuesto hay una estatua de Lenin, el ayuntamiento, por varias avenidas peatonales donde se encuentra la zona de tiendas y parte del ocio y así durante un buen rato, hasta que a las 18:30 (hora Moscú) ya que en Ekaterimburgo son ya las 20:30, más o menos decido que ya es hora de regresar a la estación de tren, ya que mi tren a Tobolsk sale a las 20:00. Antes pero, vuelvo a parar en un market para cargar un poco de comida, algo de queso y algo de fruta para la noche y el desayuno de mañana.


Ayuntamiento de Ekaterimgurg
Lenín en las sombras
Lo que es Ekaterimgurg, cruce entre edificios nuevos y antiguos. La ópera de la ciudad y un edificio de oficinas

Cagüen!!! porque no me queda a cenar y me iba ya, que sino, no lo dejo pasar

A las 20:00 salgo hacia Tobolsk, un viaje de 11 horas que me llevará a la que fue una de las capitales de Siberia hace tiempo y que todavía conserva  su centro histórico intacto y aunque no está en la ruta del Trans Siberiano vale la pena dar el rodeo para llegar allí. Así que después de comer algo y leer sobre Tobolsk, decido que ya es hora y me acuesto en lo que ya empieza a ser mi casa, los trenes.


Mi tren de noche, un poco más tranquilo que el de la mañana



lunes, 27 de junio de 2016

Día 10 –Perm-36 y la prisión de Perm (1.450Km)

Jueves, 23 de junio. Ya es jueves, noche de San Joan y en vez de ir a Ciutadella, hoy toca ir a Perm-36, que se le va a hacer. Siguiendo los consejos de los chicos irlandeses y de una web de un italiano me voy medio pronto a la estación, bueno lo que sería pronto para mí, 9:30. Hay costumbres que no cambian ni de viaje y decido aprovisionarme en una market que hay delante del hostal, pero resulta que solo es de alcohol, luego ya explicaré lo extraño de los supermercados y las tiendas de alcohol. Y nada, así que me aprovisiono con una bolsa de patatas y una tableta de chocolatina, que es lo único que venden de comida allí.
Ya en la parada de autobuses, mientras espero me compro una de esas empanadas rellenas de carne y que te dan alimento para un día.

Estación de bus de Perm, o algo que se le parece.

Ahí está mi bus, nos vamos a Perm-36, si consigo bajar en el sitio correcto
Un paseíto que me llevará a Kuschino
En la taquilla, enseguida compro el billete de ida por 299 Rb, y al llegar al bus, le digo al conductor que me pare en Kuschino aunque tengo mis dudas que me haya entendido. 2 horas después, diviso más o menos un área de servicio que es donde me tengo que bajar y el conductor, extrañamente se acuerda de mí y me para allí, en medio de la nada y me dice que camine por una carreterita y que ya lo encontraré.

El día, aunque ni llueve no es ideal, pero por lo menos no hace le calor del día anterior y por lo menos durante el trayecto, puedo disfrutar de caminar por la campiña rusa, necesitaba salir de tanta ciudad ya. A los 2,5km aparece Perm-36, y ya desde fuera se vislumbra lo que ha sido el campo de concentración, las defensas, los edificios, la entrada, ya te puedes hacer una idea de lo que se vivió allí.

Caminando un poco por el campo, lo echaba de menos tantos días por la ciudad.

Ya dentro del museo memorial, me recibo Dimitri, hijo de uno de las personas que construyeron el campo y que vivió en Kuschino, y que me hará de guía, pues sabe más o menos, expresarse en inglés y aunque me dan un audioguía, le hace ilusión acompañarme por aquello de ser español y que pocos españoles van por allí, eso sí, como fotógrafo no se ganará la vida.

Vistas de las casas del campo
Antigua entrada al campo, a la izquierda el edificio principal

Placa con el nombre del campo
Dimitri me acompaña durante una hora con relatos e historias realmente muy duras, sobre los prisioneros, que empezaron siendo pequeños ladrones y gente que había cometido algún crimen, a presos políticos, y como tanto el ejército como la KGB controlaban todo lo que hacían y evidentemente las condiciones muy duras en las que vivían. No hay que olvidar que Perm está en medio de los Urales, una de las zonas más frías de Rusia, y una de las zonas donde habías más campos de este tipo, más incluso que en Siberia. La sensación que vives es brutal de desasosiego, pero es de un mérito tremendo que esta gente haya sido capaz de rescatar de su historia más negra este tipo de museos y muestren al mundo parte de sus vergüenzas históricas … en España en este sentido tenemos mucho que aprender de esto, tanto por la Guerra Civil, como por los campamentos de prisioneros políticos del franquismo; me da vergüenza que en España seamos incapaces de reconocer estos pasajes negros de nuestra historia, hemos de cambiar mucho aún.




Imágenes del campo
Dorimtorio de los presos, ahora más vacía, hasta 50 prisioneros dormían en cada barracón 
En una de las celdas de aislamiento, para presos especiales
Pensaba que Dimitri me dejaba encerrado allí...
Después de una más de una hora, ya me despido de mi “amigo” Dimitri como me llama él ahora, y ya es hora de volverme a Perm. Nuevamente chino chano voy a la carretera general mientras como unas patatas con sabor a pepinillo, era lo más normal que había en la tienda y me dirijo a la parada de bus, y antes de llegar a la parada veo un bus que viene y que de repente para y me dice que me suba, es el mismo conductor que me ha llevado antes y que me ha reconocido y ha decidido para a recogerme, muy majo él, eso sí por 200Rb me lleva a Perm… XD



Dos horas más de viaje, dormido, me llevan a de nuevo a Perm, y ahora qué? Porque la ciudad la tengo vista y revista, y son las 17:30, así que me voy a dar una vuelta a un parque que he visto mientras volvía de Perm-36. Eso sí, todavía con la mente un poco cambiada por el campo de concentración, aunque no me ha dejado tan mala impresión como los campos de concentración nazis.

De vuelta a Perm
El parque no tiene mucho más, y como se pone a llover,  me voy hacia el hostal, a descansar un rato, y a comprar e imprimir mis billetes de tren, y ya luego ya veré donde puedo cenar.
Para cenar, le pregunto a la chica de recepción, con la que estoy hablando un rato e Perm, de Perm-36, del transiberiano, cuando aparecen de cenar dos de los chicos irlandeses que todavía no se han ido, que se van esa misma noche hacia Tomsk, una panzada de kilómetros, creo que son como 20 horas o así en tren y me recomiendan un sitio para cenar, pero el problema es que solo está abierto hasta las 21 y son las 20:45… con lo que no llegó a cenar allí, y me voy a una especie de bar de madera, tipo taberna, de hecho se llama la taberna, y experimento una de mis primeras cenas sin saber que he pedido, pero todo con muy buen sentido del humor por parte de la camarera que no me entiende ni yo a ella, bueno creo que yo un poco más que ella a mi. Al final, he pedido un kebab de carne, empiezo a distinguir el pollo y la carne escrito en cirílico, así que más o menos me hago una idea.

Y de allí a dormir que ya toca, que mañana salgo temprano 9:30 hora Moscú, 11:30 hora Perm, hacia Ekaterimburg, viaje de 3 horas y media y por la noche a Tobolsk, unas 10 horas más. Así que mañana dejo los Urales y me adentro hacia Siberia.