Día 43 – Homenaje a Maho Xet Tung en Tiananmen y palacio de verano.
Martes, 26 de julio. Hoy me despierto con la intención de ver la
plaza Tiananmen, y alrededores y por la tarde ir al palacio de verano, que para
lo cual tendré que ir en metro.
Pero bueno, entre una cosa y otra acabo saliendo tarde,
primero porque me levanto con toda la tranquilidad del mundo y luego le pregunto
a una chica del hotel como ir hasta el palacio de verano y como ir a la gran
muralla china. Para lo primero me indica rápido y lo segundo me ofrece el tour
que hacen ellos y que cada día sale hacia allí, en una parte de la muralla no
tan “turística”. Le digo que me lo pensaré que le diré algo esta tarde y me
dice que ok, pero que antes de las 20h se lo diga, ya que ella se va a esa hora.
Así que casi a las 11 me voy a la plaza Tiananmen. Como no,
al acercarme a ella, el número de gente que me encuentro es mayor, hasta tal
punto que tengo que hacer 20min de cola para poder entrar en la plaza, ya que
primero hay que pasar por unos detectores y unos controles. Los chinos con esto
de la seguridad lo llevan al extremo.
Colas para acceder a la plaza Tiananmen |
A la izquierda la plaza Tiananmen. A la derecha la puerta de Mao Tse Tung
Una vez ya “dentro” de la plaza la cosa se relaja, es tan
grande que el volumen de gente se diluye y además principalmente, la gente
quiere tomar una foto con Mahou Xet tung al fondo, con lo que hay “ostias” para
poder estar en primer fila. Yo ya empiezo a cogerle el truquillo a esto de las colas
chinas, y me cuelo para poder hacer una foto sin que nadie pase por delante,
que es otra de las “habilidades” de los chinos, no les importa si alguien está
haciendo una foto o algo, si tienen que pasar o ponerse delante, no hay problema,
se ponen.
Puerta Mao Tse Tung a la izquierda. A la derecha la Puerta de Mahou Xet Tong.
La plaza realmente es enorme y me dedico a dar una vuelta
por ella; trato de entrar en el mausoleo de Mao, pero ya han cerrado, por lo
que me explican, solo está abierto una serie de horas por la mañana.
Estatua homenaje a la revolución del pueblo
El paralamento chino. |
Máxima seguridad en la plaza, y por si acaso algo se prende fuego, hay extintores.
Así, que después de ver la plaza y darme una vuelta, me voy
hacia un parque que hay cerca de la ciudad prohibida, donde descanso un rato,
para el cual me hacen pagar, pero bueno, me sirve para poder llegar al metro de
una forma más rápida que no dando la vuelta al palacio de la ciudad prohibida.
Caminando alrededor de la ciudad prohibida |
Por el camino, me para un chico ofreciéndome ir a ver una
ceremonia del té milenaria; yo le digo que no, pero al ser muy insistente, algo
me dice que no es de fiar. Efectivamente, luego me entero que es un timo, que
te llevan a una casa del té y después de pedir varias cosas, te dejan y tienes
que pagar un dineral. Así que, si alguien va a Beijing, que tenga cuidado.
Después de este “encuentro”, finalmente me dirijo al palacio
de verano, donde más o menos tardo unos 30minutos, pero en vez de hacerle caso
a la chica del hotel, decido parar una parada antes, porque me parece que el
parque está en otro lado, cosas que sólo se me ocurren a mi.
Efectivamente, me bajo del metro y encuentro un gran parque,
el Yuanmingyuan park, donde estoy dando vueltas un buen rato, hasta que me doy cuenta, que
ese no es el parque donde está ubicado el palacio de verano, que es otro que
está al lado, aunque este parque también tiene su encanto.
Entrada al Yuanmingyuan Park |
Tratando de conseguir una flor. |
Rápidamente, trato de ir hacia el parque real, más o menos
tardo unos 20min caminando, pero no me puedo demorar mucho, ya que a las 17
cierran taquillas, sí, también se paga, y son las 16.
Así que me voy para allí, y por fin llego al parque. Este
parque es bastante característico ya que tiene una isla más o menos en medio y
un puente bastante largo por el que se puede cruzar. Además de poder visitar
diversos templos, dentro del parque. Al ser tan grande, solo doy una vueltas, y
sobre las 18:30 me vuelvo hacia el hostal, ya que le tengo que dar una
respuesta a la chica de recepción sobre su oferta de viaje a la gran muralla
china, que al final, me da pereza hacerlo por mi mismo, y decido ir con el
tour.
Los barcos dragón iban de un lado a otro del lago |
Vista del punte de los 17 arcos desde lo alto de una colina |
La torre del incienso con Beijing al fondo
|
Ya de vuelta por el hostal y después de confirmarle el tour,
le pregunto por el mercado de Street food, donde se pueden comer todo tipo de
comida, como escorpiones, pulpos, cucarachas, hígados de pollo, noodles,
dumplings, etc., y me comenta que esta cerca de la calle Wangfujing, de la que
estoy solo a 5min. Así que allí me voy a ver que hay.
Pasenado por la calle de Wangfujing |
Gente bailando en la calle
La verdad es que hay mucho ambiente y mucha gente paseando
por los diferentes puestos de comida y de lo que no es comida; donde la
principal atracción son los puestos de comida donde ofrecen escorpiones.
Después de pensarlo, no me acabo de atrever a pedir unos escorpiones, que
además se están moviendo. Para otro día, y me conformo con unas cabezas de
pulpo y estrellas de mar, que saben a calamar, mientras pido una cerveza, por
la que me piden 40 yuanes, unos 6€. Se aprovechan de que eres turista y si no
preguntas los precios, te sueltan el sablazo, pero bueno, ya estaba pedida.
Mercado de comida callejera de Beijing |
Un poco de comida variada |
Con el estómago lleno, me vuelvo a la habitación, que además al día siguiente madrugaré para ir a la gran muralla china, y no es plan de dormirse.
Día 44 – La gran muralla China.
Mutianyu, la gran muralla china |
Miércoles, 27 de
julio. Suena el despertador a las 6 de la AM para ir a la muralla china.
Mis dos compañeros de habitación también se despiertan a esa hora, con lo que
deduzco que también van a la muralla, cosa que me confirman. Son dos chicos
austriacos y que hoy es su último día en Beijing, con lo que visitan la muralla China y se irán a Mongolia.
En el vestíbulo, hay esperando dos chicos más y dos chicas catalanas, con lo que a los 7 nos llevan primero a desayunar. En el desayuno, conozco a uno de los chicos, a Pete, un profesor que vive en Oxford y que estará unos 10 días en China, luego se marcha con unos amigos a Laos y Camboya. Y comenzamos a hablar un rato hasta que nos llevan hasta un autobús más grande, que va recogiendo a gente de diferentes hoteles.
Así que ya montados en el autobús, nos llevan a la zona de Mutianyu, una de las zonas rehabilitadas de la muralla para que la gente la pueda visitar, pero que al no ser tan fácil el acceso desde transporte público no suele haber tanto turista.
A las 3 horas más o menos, llegamos al pie de la montaña, donde en la cima se extiende la gran muralla china. El guía del tour nos da unas cuantas indicaciones, de por dónde moverse y nos dice que tenemos 3 horas para estar en la muralla, que a la 13:30 se come, quien llegue y a las 14:30 el autobús vuelve a Beijing.
Para subir hasta la muralla hay dos opciones: subir a pie, unos 45 minutos según el guía, unos 20minutos según un chico francés que luego me encontraré, o subir en teleférico, 5minutos 100 yuanes. Como sólo tenemos 3 horas y quiero aprovechar el máximo tiempo arriba, Pete y yo decidimos subir en teleférico.
Así que pagamos y a los 5 minutos estamos arriba, junto a una pareja de alemanes que sube con nosotros en el teleférico.
Entrando en la muralla |
La vista de los dos lados de la muralla
La zona de la muralla donde estamos las torres están marcadas por números, del 1 al 20, aunque
oficialmente se muestra hasta la 24. Esto es que solo de la torre 1 a la 20 está rehabilitada con piedra nueva y se puede visitar y no se recomienda pasar más allá de la 20, aunque el guía nos asegura que ha estado mil veces y que con un poco de cuidado se puede ir a la zona de la muralla original, de la 21 hacia adelante.
El teleférico nos deja en la muralla 14, con lo que Pete y yo nos vamos hacia la 20. Las vistas desde arriba son espectaculares, la verdad es que se puede divisar todo, y puedes ver como la muralla se extiende como un dragón hasta el infinito por la cima de la montañas, y te preguntas como realmente han subido todas esas piedras hasta arriba para construirla. Solo con pensarlo es increíble ya.
Caminando por la muralla
... seguimos por la muralla ... |
Un buen día para caminar
El camino va subiendo y bajando según la montaña y con el calor que hace se hace más cansado el camino, hasta que al final llegamos a la torre 19 y la primera subida complicada, de la torre 19 a la 20 es un tramo de escaleras empinadas bastante duro. Llegamos arriba casi sin aliento, con lo que hacemos una parada, también llegan los dos chicos alemanes y estamos hablando 5 minutos.
La parte más dura se acerca |
Subiendo las escaleras de la torre 20... y por fin llegamos!!!
Toda la zona que hemos recorrido de la gran muralla |
Con mi nueva bandera!!! |
Este es el fin del tramo, digamos que rehabilitado, pero vemos que al lado se puede saltar un pequeño muro y se puede continuar. Cosa que Pete y yo decidimos hacer, no la pareja alemana. También conocemos al chico francés que había introducido antes, y que nos dice que ha subido desde abajo “caminando” y decide venir con nosotros, pero va casi corriendo, con lo que enseguida le decimos que siga él sólo hacia adelante.
Aunque se nota que no está cuidado, el camino por encima de la muralla no es malo del todo, se puede hacer bien, eso sí, es todo hacia arriba. Lo más llamativo es ver como hay vendedoras de souvenirs, refrescos, etc en este tramo, si a mí me está cansando ir por la muralla, esta gente subir con todo esto tiene que ser voluntad, pero imagino que para vender todo vale.
Y así llegamos hasta la torre 24. Aún falta una hora y media para la hora marcada así que yo decido continuar por la zona de la antigua muralla y que no se ha rehabilitado nada. Pete dice que ya ha tenido suficiente y se queda un rato descansando y se vuelve. Yo intentaré llegar hasta la torre que está más arriba, de las que veo, debe ser la 27.
El camino sí que ya se nota descuidado, aunque es fácil de seguir, pero hay mucha vegetación por la muralla y las piedras se ven gastadas por el tiempo, no como en la zona nueva, que se veían limpias y casi blancas.
Recorriendo la muralla por la zona antigua |
Bufff... esta subidita tenía lo suyo... |
El tramo hasta la 26 es relativamente sencillo, pero el último tramo se hace difícil, una subida como la de la torre 20 pero sin escaleras y donde algunas piedras resbalan; tendré que tener cuidado cuando baje. Junto a mi está subiendo otra pareja de jóvenes alemanes, que están igual que yo, pero finalmente logramos llegar arriba, donde hay varia gente del autobús en el que voy, mis dos compañeros de habitación, el chico francés, Carlos, un madrileño que vive y trabaja en China con una beca y que está con un mexicano.
Descanso un rato, y decido volver, solo queda 45min para la comida, a ver si me da tiempo. Me uno con Carlos y el chico mexicano y por el camino nos encontramos unas chicas del autobús que también habían subido hasta arriba, y que se unen al grupo.
Al final, conseguimos bajar a tiempo para comer, donde nos tienen reservado una mesa, el resto del autobús, Pete incluido que ya le había perdido la pista, están ya comiendo. Con lo que nosotros hacemos lo mismo. Realmente la comida está muy buena, y Carlos nos enseña que en China para brindar utilizan la expresión “Gambei!!”. El resto del grupo, nos explica que están viviendo en Shangai durante 3 meses ayudando a enseñar inglés y que están de vacaciones esta semana. La verdad es que me he encontrado bastante gente enseñando inglés o reforzando el inglés en escuelas chinas o en Mongolia.
La muralla seguía hasta donde llegaba la vista |
Volviendo a la zona del teleférico... |
Ya después de comer nos volvemos al hotel, con una pequeña para en el camino, ya que parece que nos hemos dejado a 3 personas en la muralla. El guía nervioso, empieza a llamar a todo el mundo y logra localizar a dos, a los que esperamos, los acercan otro autobús, pero al tercero no lo encontramos; es el chico que desayunaba con nosotros, y que la última vez que lo vi estaba en la última torre, pero creo que no llegó a tiempo a bajar. Así que el guía, habla con la gente del restaurante donde hemos comido y decide abandonarlo, que si llega que busque la vida, con los chinos no se juega con los horarios.
3 horitas de siesta toca por delante, que la verdad es que se agradece. Al llegar al hostal, me quedo un rato hablando con los dos chicos austriacos, ya que se van hacia Mongolia y de allí quieren volver a casa en el transiberiano, con lo que les doy varios tips y estamos un rato hablando hasta que se van, y yo me voy a la ducha y a descansar.
Ya a media tarde y recién duchadito, me voy a dar una vuelta, no muy larga que no estoy para trotes, y me quedo hablando un rato con la chica de la recepción, que me está ayudando con los trenes y me está indicando a que estación tengo que ir.
A esto, me cruzo por el vestíbulo con las dos chicas catalanas de esta mañana, Jordina, de Vilafranca, y Beatriu, que vive en Tarragona aunque no recuerdo de donde era … =S, y después de hablar 5 minutos, me comentan si quiero ir a cenar con ellas, con lo que encantado que voy, que van a ir a un centro comercial o algo así donde está la pantalla más grande del mundo.
Nada más salir del hotel, se pone a llover bastante fuerte, con lo que abortamos lo de ir al centro comercial y nos quedamos en un restaurante cerca del hotel, y nos quedamos tomando unas cervezas y cenando algo, bueno Jordina y yo, porque Beatriu está mal del estómago y lleva un par de días de dieta blanda, pero bueno, ya se encuentra mejor me comenta.
Y así paso un rato muy entretenido con ellas, contando anécdotas de viajes, de la vida en general, etc. Al cabo de un rato, y como ha dejado de llover nos vamos a ver si encontramos algún sitio para tomar una última caña, pero parece que todo está cerrado, con lo que nos volvemos al hostel que después de un día largo merecemos un descanso. Pero bueno, quedamos con ir mañana por la mañana a dar una vuelta, por la zona olímpica, ya que ellas por la tarde se van hacia Zhangjiaje y yo luego marcho a Datong, pero bueno, nos dará tiempo para unas risas y ver algo de la zona olímpica.
Día 45 – Juegos Olímpicos y nos vamos de Beijing.
Jueves, 28 de julio. Sobre
las 10 de la mañana he quedado con Beatriu y Jordina para ir a ver la ciudad
olímpica, pero antes, como es mi último día, hago el xet out y dejo la mochila
en el hotel.
Sobre las 10, nos juntamos los 3 y nos vamos hacia el metro
para ir a la ciudad olímpica, eso sí, primero hacemos un alto en el camino para
merendar, posiblemente en el sitio más caro de todo Beijing, pero muy bien decorado, eso sí.
Como todo en Beijing, el metro funciona perfectamente y en
un momento estamos allí; es increíble como en una ciudad de 25 millones de
habitantes todo funciona bien, es decir, casi no hay atascos, no hay
aglomeraciones en el metro y así con todo, pensaba que iba a ser más caótica
pero me he llevado una grata sorpresa.
La zona olímpica es una gran avenida con parque donde se
encuentra el estadio olímpico, el nido, una enorme construcción, como todo en
China y el centro acuático. Así que nos vamos a dar una vuelta por allí, no
podemos perder mucho tiempo, porque Beatriu y Jordina, tienen que estar después
de comer ya que ellas se van a media tarde a Zhangjiajje en avión. Después de
pagar 140 yuanes por entrar en el estadio olímpico vamos hacia dentro y
realmente es impresionante, donde todavía se puede vivir el ambiente olímpico,
o así nos sentimos por momentos.
El estadio olimpico, the nest |
Una de las avenidas de la zona olimpica |
La antorcha olímpica con todos los medallista; el estadio olímpico, the nest.
El interior del estadio.
Después de ver el estadio, nos dirigimos hacia el centro
acuático, otra obra singular por sus burbujas que recubren las paredes. Lo
curioso del sitio, es que han aprovechado el centro para construir un aquapark
dentro, lástima, que si lo llegamos a saber nos traemos los bañadores.
Aquapark!!! |
Viviendo el olimpismo!! |
Pero bueno, ya se va haciendo tarde para Beatriu y Jordina,
con lo que nos volvemos hacia el centro, donde comeremos en el sitio donde yo
comí el primer día, donde realmente la comida está muy rica, y más el cocktail
de agua con menta y lima, muy refrescante, y se agradece.
Acabamos de comer y vamos hacia el hotel, donde,
lamentablemente, nos despedimos y nos deseamos suerte en nuestros viajes, bueno
ellas en sus vacaciones. Ha sido un día con ellas, pero lo he pasado muy bien,
la verdad. Pero bueno, seguro que nos volvemos a ver.
Mis dos guapas acompañantes!!! |
Como yo tengo que esperar a la noche, pues tengo el tren
nocturno a Datong, me voy hacia el templo del cielo, una de las pocas cosas
“más” importantes que me quedan por ver.
Párquing de as bicicletas recogedoras de basura. |
El templo del cielo se encuentra dentro de un gran parque,
donde paso un par de horas dando vueltas y viendo como la gente disfruta del
parque, que como no, hay que pagar por entrar. Al menos, en este, puedes pagar
solo por entrar en el parque, unos 20 yuanes, o todo el pack, unos 90 / 100
yuanes. Yo me decido solo por entrar en el parque, el templo por dentro lo veré
la próxima vez que venga a China.
Sujetando la rama por si se cae |
Llegando al templo del cielo |
Cúpula del templo del cielo |
Gente jugando con dos palas a la vez, a lo Forrest Gump. |
De vuelta, paso por otra de las calles comerciales y con
mercado callejero de la ciudad, que se ve bastante interesante si se quiere
comer barato, no es Street food como en Wang liu, pero tiene buena pinta la
comida, o para comprar ropa y souvenirs baratos.
Caminando por Qianmen street |
Todo tipo de postres y dulces |
Zhengyang Gate Jianlou |
Ya de nuevo por el hostal, recojo mi mochila y me voy hacia
la estación de tren, donde tendré mi primera experiencia con los trenes chinos.
Al tener el billete comprado pero no tengo el ticket, primero he de hacer cola
en la oficina de billetes para recogerlo, que aunque la chica de la taquilla no
habla inglés, parece que están acostumbrados a que los turistas vayamos con el
número de reserva, y me da el ticket sin mayor problema. Luego he de hacer cola
para entrar dentro la estación, ya que hay un control de tickets y pasaporte, a
parte del control de metales.
Estación central de Beijing |
Una vez dentro, ya todo está mucho más ordenado que las
colas de afuera. Para cada tren, hay una sala de espera específica, con lo que
se evita las aglomeraciones. Allí, me compró unos noodles y los caliento con el
agua caliente que ofrecen en cada estación. Ya soy un chino más, y allí espero
hasta la hora de salir, que por cierto, al reservar tarde el billete, me he
tenido que conformar con un asiento en vez de cama, y me ha tocado además en
medio de una fila de tres, a ver que pasa esta noche, pero preveo que dormiré
poco. En fin, en 7 horas, estaré en Datong, lo que sería un pueblecito de 5
millones de habitantes.
Apuff, hoy toca asiento y en medio de la fila de tres... |
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